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xtraWine: un viaje entre mitos y epopeyas

xtraWine quiere contarle brevemente alguna leyendas y epopeyas que presentan el vino como un elemento importante en la historia de la humanidad. Leyendas que no siempre proceden de los principales países productores de vino de la era moderna como Italia y Francia.

El vino ha estado presente en los altares y en las mesas de la humanidad durante milenios. De hecho, tanto su longevidad como su consumo (nunca trivial) lo convierten en una parte integrante de la cultura de los pueblos que lo han empleado en diversos ámbitos.

Además el vino es democrático: como fruto de la tierra, es tanto para las capas más humildes como para las más nobles de la población.

Ahora xtraWine le ofrece un breve recorrido por algunos de los mitos más interesantes transmitidos a lo largo de los milenios, veámoslos juntos.

La epopeya de Gilgamesh

La Epopeya de Gilgamesh es quizás la primera colección de relatos escrita por la humanidad (se remonta a hace más de 4.500 años), sin duda la más antigua y sustancial, hallada en la antigua Persia, actual Irán.

Según uno de los relatos que les propone xtraWine, tras la muerte de su amigo Enkidu, Gilgamesh, rey de Uruk, se asustó y buscó un remedio para la muerte. De hecho, era consciente de que en el futuro le tocaría a él. Así que partió en busca del secreto de la vida eterna que guardaría Utnapishtim.

Durante esta búsqueda, Gilgamesh conoció a Siduri, la mujer del vino y anfitriona sagrada que vivía en un viñedo cerca del mar. Gilgamesh le preguntó cómo podía escaparse de la muerte. La sabia mujer le ofreció vino, aconsejándole que abandonara su vana y desesperada búsqueda y optar por las alegrías de la vida.

El vino, en resumen, se considera como una alegría terrenal desde hace 4.000 años. Resulta necesario optar por la alegría de vivir ante el esfuerzo vano de escapar del miedo a la muerte que está en el destino de todo hombre.

El Arca de Noé

Sí, incluso una parábola tan antigua como el Arca de Noé está relacionada con el vino. En algunas versiones de la historia bíblica, se cree que Noé elaboró vino en el monte Ararat, inspirado por los acontecimientos ocurridos durante su épico viaje.

Según la leyenda que xtraWine ha seleccionado para ti, una cabra macho consiguió acceder al almacén de uvas del Arca. Tras consumirla casi toda, empezó a corretear y a molestar a los demás animales de la nave. Claramente borracho, el animal tardó algún tiempo en calmarse y Noé quiso entender cómo las uvas podían haber causado tal efecto. Tal era el interés de Noé que decidió emprender experimentos para emular el comportamiento del animal.

Esto lo llevó a probar suerte en la vinificación y en la vendimia en el monte Ararat, una región que aún hoy es conocida por la alta calidad de las uvas que produce para la elaboración de vinos y licores. Curiosamente, Armenia tiene una larga historia vitivinícola. De hecho, alberga la bodega más antigua conocida en la cueva Areni-1, en la provincia de Vayots Dzor.

La bodega, que data de alrededor del 4.100 a.C., contiene todo lo necesario para la producción de vinos básicos: cubas de fermentación y prensas para prensar la uva. Esto sugiere que la elaboración del vino ya existía antes del paso de Noé.

Dionisio

En el imaginario colectivo, muchos consideran a los griegos como los inventores del vino. En realidad, los griegos participaron bastante tarde en la historia de un producto que ya utilizaban otras culturas anteriores, pero con una influencia decisiva. Tal vez por eso, el dios griego del vino, Dionisio, es representado a menudo como un forastero venido de lejos y cubierto con pieles de grandes felinos.

Cuenta la leyenda que Zeus, entre varios amantes mortales, tuvo un romance con la princesa Sémele, hija de la diosa Harmonía y de Cadmo, rey de Tebas. La aventura tuvo lugar de noche para que ella no pudiera verle; pero Hera, descubriendo la traición de Zeus, convenció a Sémele para que convenciera a Zeus de que se revelara, sobre todo tras descubrir que la princesa estaba embarazada.

La revelación llevó a Sémele a la muerte: fue quemada por un rayo y el resplandor del cuerpo de Zeus; Zeus salvó al niño (que se convertiría en Dioniso) cosiéndolo a su muslo y dándolo a luz al cabo de tres meses.

Hera, a quien Dioniso no le caía especialmente bien, lo castigó. Una vez crecido, se volvería tan loco que empezaría a vagar por el mundo sin poder volver a casa. En realidad, Dioniso consiguió esta hazaña gracias a su capacidad para transformarse a sí mismo y a los demás en vid. Una habilidad que llevó a sus seguidores a adorarlo como el dios del vino.

Curiosamente, el primer amor de Dioniso fue un sátiro llamado Ampelo, a cuya prematura muerte Dioniso concedió una segunda vida en forma de sarmiento de vid. Hoy en día, la ampelografía es la disciplina que se ocupa de la identificación y de la clasificación de las variedades de vid, estudiando sus características biométricas y morfológicas.

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